La importancia de la fase en brazos, Jean Liedloff



Durante los dos años y medio en los que estuve viviendo con los indios de la edad de piedra en la jungla de Sudamérica (no todos seguidos, sino en cinco expediciones separadas con mucho tiempo entre ellas para reflexionar), pude darme cuenta de que la naturaleza humana no es lo que se nos ha hecho creer que somos. Los bebés de la tribu de los Yecuana, más que necesitar paz y sosiego para dormir, dormitaban embelesadamente cuando se sentían cansados, mientras que los hombres, mujeres o niños que los acarreaban, bailaban, corrían, andaban, gritaban o impulsaban las canoas. Los niños jugaban juntos sin pelearse o discutir, y obedecían a los mayores instantánea y diligentemente.

La idea de castigar a un niño aparentemente nunca se les ocurrió a esa gente, ni su comportamiento mostró nada que pudiera llamarse verdaderamente permisividad. Ningún niño habría soñado en interrumpir, incomodar o ser mimado por un adulto. Y, sobre los cuatro años, los niños contribuían más en las tareas de la familia que lo que precisaban de ella.

Los bebés en brazos casi nunca lloraban y, de una manera fascinante, no movían sus brazos, protestaban, arqueaban su espalda ni flexionaban sus brazos o piernas. Se sentaban tranquilamente en sus bandoleras o dormían en la cadera de alguien, desmintiendo el mito que los niños deben “hacer ejercicio”. Además, nunca sufrían de vómitos, excepto si estaban muy enfermos, y no tenían cólicos. Cuando se asustaban durante los primeros meses de gatear o andar, no esperaban que nadie fuera hacia ellos, sino que iban por sí mismos hacia su madre u otros cuidadores para confirmar la necesidad de sentirse seguros antes de continuar sus exploraciones. Sin supervisión, incluso los más chiquitines casi nunca se hirieron.

¿Es su “naturaleza humana” distinta a la nuestra? Algunos piensan que así es, pero, por supuesto, sólo hay una especie humana. ¿Qué podemos aprender nosotros de la tribu de los Yequana?

Nuestras Expectativas Innatas
Inicialmente, podemos intentar comprender completamente el poder de formación de lo que yo llamo la fase de “en brazos”. Empieza en el nacimiento y acaba con el inicio del arrastre, cuando el bebé puede alejarse de su cuidador y volver a voluntad. Esta fase consiste, simplemente, en que el bebé tenga contacto físico durante las 24 horas del día con un adulto u otro niño mayor.

Al principio, meramente observé que la experiencia de ir en brazos tenía un impresionante efecto saludable en los bebés y que no había ningún “problema” que arreglar. Sus cuerpos eran suaves y se adaptaban a cualquier posición que fuera adecuada para sus porteadores; incluso algunos de ellos se colgaban en la espalda mientras los agarraban por la muñeca. No pretendo recomendar esta posición, pero el hecho de que es posible demuestra la extensión de lo que constituye el confort para un bebé. En contraste a este ejemplo, tenemos el desesperado desconfort de los niños acostados cuidadosamente en un moisés o cochecito, suavemente arropados, y dejados ir, rígidos, con el deseo de asirse a un cuerpo vivo que, por naturaleza, es el lugar correcto. Es el cuerpo de alguien que “creerá” en sus lloros y consolará sus ansias con brazos amorosos.

¿Por qué la incompetencia en nuestra sociedad? Desde la infancia, se nos enseña en no confiar en nuestro instinto. Se nos dice que los padres y los profesores saben más y que cuando nuestras sensaciones no coinciden con sus ideas. Nosotros debemos estar equivocados. Condicionados para no confiar o amargamente ignorar nuestros propios sentimientos, resulta fácil convencernos para no creer en el bebé que llora diciendo: “¡Deberías tomarme en brazos!” “¡Yo tendría que estar cerca de tu cuerpo!” “¡No me dejes!” En su lugar, denegamos nuestra respuesta natural y seguimos la moda instaurada, dictada por los “expertos” en cuidados infantiles. La pérdida de confianza en nuestra experiencia innata nos deja leyendo un libro detrás de otro viendo como cada nueva idea falla.

Es importante entender quiénes son los expertos en realidad. El segundo mayor experto en cuidado infantil que existe está dentro nuestro, tan seguro como que reside en cada especie superviviente que, por definición, debe saber cuidar a su prole. El mayor experto de todos es, por supuesto, el bebé, programado durante millones de años de evolución para mostrar su propio temperamento mediante sonidos y acciones cuando el cuidado no es correcto. La evolución es un proceso de refinamiento que ha afinado nuestro comportamiento innato con magnífica precisión. La señal del bebé, la comprensión de esta señal por la gente que lo rodea, el impulso a obedecerla, son todo partes del carácter de nuestra especie.

El presuntuoso intelecto ha mostrado estar pobremente equipado para adivinar los auténticos requerimientos de los bebés humanos. La pregunta a menudo es: ¿Debería tomar al bebé cuando llora? ¿O debería dejarle llorar durante un rato? ¿O debería dejarle llorar para que así el niño sepa quien es el jefe y no se convierta en un “tirano”?

Ningún bebé estará de acuerdo con ninguna de estas imposiciones. Unánimemente, nos dejan bien claro que no deben ser dejados para nada. Como esta opción no ha sido ampliamente defendida en la civilización occidental contemporánea, las relaciones entre padres e hijos han permanecido firmemente como si fueran adversarios. El juego se ha centrado en conseguir que el bebé duerma en la cuna, pero no se ha considerado la oposición sobre los lloros del bebé. A pesar de que Tine Thevenin, en su libro The Family Bed (La cama familiar), y otros han abierto el tema de que los niños duerman con sus padres, el principio más importante no se ha tratado claramente: comportarse contra nuestra naturaleza como especies conduce inevitablemente a la pérdida de bienestar.

Una vez hemos comprendido y aceptado el principio de respetar nuestras expectativas innatas, seremos entonces capaces de descubrir precisamente cuáles son; en otras palabras, qué es lo que la evolución nos ha acostumbrado a experimentar.

El Papel Formativo de la Fase de en Brazos
¿Cómo llegué a ver en la fase de ir en brazos aquella etapa crucial para el desarrollo de una persona? Primero, vi la gente feliz y relajada en la jungla de Sudamérica, cargando siempre a sus bebés sin dejarlos nunca. Poco a poco, fui capaz de ver una conexión entre ese hecho tan sencillo y la calidad de sus vidas. Incluso, más tarde, llegué a ciertas conclusiones sobre cómo y por qué el estar en contacto constante con un cuidador activo es esencial en el estadio inicial del desarrollo tras el nacimiento.

Por un lado, parece que la persona que carga el bebé (normalmente la madre durante los primeros meses, y luego un niño de cuatro a doce años que devuelve el bebé a la madre para alimentarlo) está formando los cimientos para las experiencias posteriores. El bebé participa pasivamente en las carreras, paseos, risas, charlas, tareas y juegos del porteador. Las actividades particulares, el ritmo, las inflexiones del lenguaje, la variedad de vistas, noche y día, el rango de temperaturas, sequedad y humedad, y los sonidos de la vida en comunidad forman una base para la participación activa que empezará a los seis u ocho meses de vida con el arrastre, gateo y luego andar. Un bebé que ha pasado ese tiempo tumbado en una tranquila cuna o mirando el interior de una sillita, o al cielo, habrá perdido la mayor parte de esta experiencia tan esencial.

Debido a la necesidad del niño de participar, es también muy importante que los cuidadores no se queden sentados mirando al bebé ni que continuamente le pregunten lo que quiere, sino que lleven vidas activas ellos mismos. Ocasionalmente, uno no puede resistir darle al bebé un chorro de besos, pero, de todos modos, un bebé que está programado para observar la ajetreada vida que llevas se confunde y frustra cuando dedicas tu tiempo mirando como él vive la suya. Un bebé dedicado a absorber lo que es la vida, siendo vivida por ti, se sumerge en la confusión si le preguntas que sea él quien la dirija.

La segunda función esencial de la experiencia de la fase en brazos parece no haber sido percibida por nadie (incluyéndome a mí, hasta mediados de la década de los 1960). Se refiere a proveer a los bebés de un mecanismo de descarga de su exceso de energía hasta que no son capaces de hacerlo por sí mismos. En los meses anteriores a ser capaces de moverse por sí mismos, los bebés acumulan energía por la absorción de comida y de luz solar. Es entonces cuando el bebé necesita contacto constante con el campo de energía de una persona activa que pueda descargar el exceso no usado de ambos. Esto explica porque los bebés Yequana estaban tan extrañamente relajados y porque no se ponían rígidos, daban patadas o arqueaban la espalda para relajarse ante una incómoda acumulación de energía.

Para poder proveer una óptima experiencia de la fase en brazos tenemos que descargar nuestra propia energía de manera efectiva. Se puede calmar muy rápidamente a un bebé corriendo o saltando con él, o bailando o haciendo lo que sea para eliminar el exceso de energía propio. Una madre o padre que deben marchar de repente a buscar algo no necesitan decir “oye, toma el bebé que voy corriendo a la tienda”. El que tenga que correr que se lleve al bebé. ¡Cuanta más acción mejor!

Los bebés y los adultos experimentan tensiones cuando la circulación de energía en sus músculos está impedida. Un bebé repleto de energía no descargada está pidiendo acción: una carrera a galope alrededor del salón o un baile movido con el niño de la mano. El campo de energía del bebé se aprovechará inmediatamente del del adulto, descargándose. Los bebés no son las cositas frágiles que hemos tomado con guantes. De hecho, un bebé tratado como frágil en este estado de formación puede ser persuadido de que es frágil.

Como padres, podéis llegar a comprender fácilmente el flujo de energía de vuestro hijo. En el proceso, descubriréis muchas maneras de ayudar a vuestro bebé a mantener el suave tono muscular del bienestar ancestral, y de proporcionarle la calma y confort que necesita para sentirse como en casa en este mundo.

Michel Odent

El dia 2 de Octubre tenemos la oportunidad de acudir a una charla gratuita de Michel Odent en Santander, en el palacio de exposiciones, para abrir boca os dejo una entrevista.

“Hay que dejar las puertas abiertas…..”


Michel Odent introdujo los conceptos de partos en piscinas y salas de nacimiento “como en casa”, cuando era responsable del servicio de cirugía y de la maternidad del Hospital Público de Pithiviers (1962-1985). Después de su carrera hospitalaria, creo en Londres el “Primal Health Research Center” (Centro de Investigación en salud primal) cuyo objetivo es de estudiar las consecuencias a largo plazo de las experiencias precoces (de la concepción al primer aniversario).


Usted efectuó un reporte sobre el parto a domicilio para la Organización Mundial de la Salud, ¿podría decirnos más?

Fue un pequeño reporte, en 1991, llamado Nacimientos a domicilio programados en los países occidentales. Este título se escogió a fin de descartar todos los nacimientos a domicilio no preparados, así como los nacimientos en el Tercer Mundo.

La conclusión que saqué de mis estudios y observaciones sobre el parto en casa, es que uno no debería oponer nacimiento en casa y nacimiento en medio hospitalario. Se debería tratar, por el contrario, de combinar lo que la intimidad de la casa puede ofrecer, con lo que pueden igualmente ofrecer las estructuras hospitalarias. Es preferible dejar estas dos opciones abiertas. En efecto hoy en día, la población está muy urbanizada, por lo tanto relativamente cerca de las estructuras hospitalarias. De otra parte, se dispone en el presente de medios de comunicación muy eficaces, en la era de la telefonía móvil, casi no toma mucho tiempo a un equipo el desplazarse a la casa que a prepararse en el hospital donde el equipo toma generalmente 20 minutos a estar listo. Esto hace el parto a domicilio seguro, no hay que olvidar de ningún modo que un nacimiento se desarrolla más fácilmente en casa.


¿Como explica eso?

En un medio familiar, el parto es más fácil porque el medio ambiente genera menos de estrés para la mujer durante el trabajo. Además, ello es más íntimo, en principio hay solo una partera. pero también es posible que una partera o una pareja puedan perturbar el trabajo de la parturienta. Por ejemplo, cuando yo iba a los partos a domicilio, en la época cuando se ha incitado mucho a los padres a participar en los partos, yo aconsejaba algunas veces a las mujeres a ir al hospital, cuando la participación del padre era invasiva. Hoy en día, cuando yo me desplazo para un parto a domicilio en Inglaterra, siempre voy con una doula, de hecho voy sobretodo para hacer que el parto sea legal ya que una doula no está habilitada a acompañar sola un parto(*), pero en general yo no hago otra cosa que conversar con el padre en la cocina! Y constantemente me sorprendo por la facilidad con la que las mujeres modernas dan a luz cuando uno no les perturba y cuando están acompañadas por una mujer silenciosa.


¿El rol del “acompañante” es muy importante para usted?

Evidentemente! Esto desde el invierno del 1952, 1953 como interno y cuando no pensaba del todo orientarme a la maternidad en el Hospital de Boucicaut en Paris. La visión de las parteras mujeres de la época me marcó profundamente: eran mujeres quienes no hacían otra cosa que pasar su tiempo tejiendo en una esquina de la sala, afín de perturbar lo menos posible a la parturienta. En el presente, veo similitudes entre las parteras y las doulas de hoy en día.

Además en Holanda, donde el 82% de las parteras son independientes y son las personas centrales del embarazo y del parto, encuentro que el lazo entre parto a domicilio y parto en estructura es mucho mas coherente, ya que es la partera quién el día del parto, viene a la casa para ver como están las cosas y para evaluar donde es preferible que la mujer de a luz. Uno no está obligado de saber con anticipación donde va a parir!. Si todo está bien, sería más bien peligroso de cambiar de ambiente. Por el contrario si no están bien las cosas, es mejor cambiar. Es por esto que yo encuentro muy interesante que la partera pueda desplazarse al domicilio el día del parto para evaluar la situación. Por cierto, es así como suceden las cosas en Inglaterra donde en el ámbito del servicio de salud, se creó el sistema “Domino” por este sistema, la mujer que va a parir llama a la partera llamada comunitaria, quien viene a verla a la casa para ver como está la situación.

Actualmente se opone parto en casa y parto en el hospital y esto desvirtúa completamente el debate. Ya sea en la casa o en el hospital, lo que es importante hoy en día, es de tomar en cuenta las necesidades de la mujer que da a luz.


Entrevista realizada por Carine Phung


(*).En efecto una “doula” no tiene el derecho legal de ejercer (ya sea estando presente como doula) en en la ausencia de personal médico (partera o médico), Por el contrario la mujer tiene el derecho de dar a luz sin la partear o ginecólogo y en presencia de amigos, de la familia, etc.


(Fuente: Magazine Grandir Autrement, Hors série- N 2, Octubre 2008 Pag10- 11., Traducción: MPS)

Artemisa


Hoy un poco de historia de la mitologia, para saber un poco mas. y el por que de mi nick...

Artemisa es la hija de Zeus y Leto y hermana melliza de Apolo. Nació un día antes de su hermano e incluso ayudó a su madre en el parto. Como vio que su madre había sufrido mucho durante el parto, pidió a Zeus que no quería casarse nunca ni tener hijos. Así que Artemisa fue una diosa virgen.

El lugar de nacimiento fue; o la isla Delos, o Ortigía en Éfeso. Hera, la mujer de Zeus, por celos proporcionó muchas dificultades a Leto y la tierra no la daba un lugar para el parto. Entonces, Poseidón tuvo piedad de ella y le reveló la isla de Delos, que hasta entonces estaba debajo del mar. Pero según los de Éfeso, ella primero llegó a Ortigía, allí nació Artemisa. Mientras los curetos, los sacerdotes semidioses, provocaron gran ruido para evitar que Hera se diera cuenta de que ella daba a luz allí, debajo de un árbol de olivo...Luego nació Apolo en Delos.


El origen de Artemisa es Asia Menor y la Creta minoica. En Anatolia (en Turquía actual) el culto de la madre diosa desde principio tuvo mucho importancia. Ya en la época neolítica apareció la madre diosa. Más tarde, con los hititas, entre sus mil dioses, Kubaba fue la más apreciada.


Cuando los pueblos jonios llegaron del otro lado del mar Egeo se encontraron con Cibeles de los Frigios y la convirtieron en Artemisa, o en Afrodita. Con la llegada del cristianismo la figura de Artemisa fue sustituida con la Virgen María. Pero eso no fue fácil, como se comprueba que en Éfeso, hasta el siglo VI, algunos sacerdotes eran expulsados de la iglesia por tener creencias en Artemisa. Artemisa lleva leones en sus hombros, como Cibeles, y también como ésta, es la diosa de la luna. También los sacerdotes de Artemisa fueron castrados como los de Cibeles.

Homero se refiere a ella como la diosa con flecha o tirador de la flecha. Su arco es de oro. Es curioso que su hermano Apolo tenga un arco de plata. Artemisa, además de ser la diosa de la luna, es también la diosa de la caza y la naturaleza. Homero la llama "Potnia Thirón" o sea el ama de los animales salvajes.

Es protectora de los jóvenes y las embarazadas, por haber ayudado a su madre durante el parto.

Las plantas sagradas eran el laurel, el olivo, el cedro y el mirto. Sus animales domesticados fueron especialmente el ciervo y el perro, y también la cabra, el gallo, la perdiz. Entre los salvajes, destacan el oso, el más querido, el león, el jabalí y el lobo.

Se dice que, en sus campos sus animales salvajes y domesticados vivían juntos en una paz perfecta.La adoraban en muchas ocasiones con su hermano gemelo, y por ser la diosa de la naturaleza, sus santuarios solían estar cerca de manantiales, y también en montañas, ríos, costas y cabos. El templo de Artemisa de Éfeso fue el más famoso erigido en su nombre y fue considerado una de las siete maravillas del mundo.
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http://www.aturquia.com/mitologia/artemisa.htm

8 meses

Mi pequeña se hace mayor...ya tiene 8 meses, y es maravillosa! Hoy he descubierto que tiene una peca!!Hace unos dias ha aprendido a decir adios y ayer hizo sola el "palmas palmitas"!!Ahora cada dia descubrimos juntos algo nuevo! En estos momentos esta casi dormida, en la teta, que es donde mas le gusta estar, y esta lindisima!!
Empezo a caminar de la mano a los 6 meses, aunque todavia no se ha soltado,, eso si, ya comienza a soltar la mano unos segundos!!en breve la veremos corriendo!!
No habla, bueno, no habla español, jeje!Porque echa unas charlas en su "idioma" que nos deja alucinados!!!
En definitiva,nuestra peque crece, y nosotros la disfrutamos!!

Amor y firmeza

Rudolf Dreikurs (educador y psicólogo) enseñó la importancia de ser firmes y a la vez bondadosos en la relación con nuestros niños. La bondad es importante por el sólo hecho de mostrar respeto por el niño. La firmeza es importante para mostrar respeto por nosotros mismos porque la situación lo amerita.

Los métodos autoritarios generalmente gozan de falta de bondad. Los métodos permisivos les falta firmeza. Bondad y firmeza son esenciales para la disciplina positiva.

Muchos padres y maestros luchan contra este concepto por muchas razones. Una es que generalmente no se sienten con ánimos de ser bondadosos cuando un niño le ha hecho llegar a su límite. Quiero preguntarme de nuevo “¿Si los adultos quieren niños que controlen su comportamiento, es demasiado pedir a los adultos que aprendan cómo controlar su propio comportamiento?” Frecuentemente es el adulto quien debe tomarse un buen tiempo fuera positivo hasta que se sienta bien y pueda hacer las cosas mejor.

Otra razón por la cual a los adultos les resulta complicado ser bondadosos y firmes al mismo tiempo es porque no saben cómo es ser firme y bondadoso. Es posible que estén atascados en el círculo vicioso de ser demasiado firmes cuando están alterados o porque no saben qué más hacer, y después ser demasiado bondadosos para compensar su firmeza anterior.

Muchos padres y profesores tiene una noción equivocada sobre la bondad. Uno de los mayores errores que cometen muchos padres y maestros cuando se deciden por la disciplina positiva es convertirse en demasiado permisivos porque no desean ser punitivos. Algunos creen erróneamente que están siendo bondadosos cuando complacen a sus hijos o cuando los protegen de toda frustración. Esto no es ser bondadoso, es ser permisivo. Ser bondadoso significa ser respetuoso con el niño y con uno mismo. No es respetuoso sobreproteger en exceso a un niño. No es respetuoso rescatarlos de toda frustración de tal manera que ellos no tengan oportunidad de desarrollar su “vena de las frustraciones”. Es respetuoso validar sus sentimientos. “Veo que estás enojado (o alterado o defraudado, etc.)”. Es respetuoso confiar en los niños, en que ellos mismos sobrevivirán a las frustraciones y desarrollarán sus capacidades en el proceso.

Ahora echemos un vistazo al tema de ser respetuoso con uno mismo. No es nada bondadoso permitir a los niños que te traten de manera irrespetuosa, a ti o a quien sea. En este punto es donde esto se pone un poco confuso. No permitir a los niños tratarte de manera irrespetuosa a ti o a otros no significa que dicha situación sea tratada de manera punitiva. El castigo es irrespetuoso. ¿Entonces cómo lo manejamos?

Vamos a suponer que un niño te habla de manera irrespetuosa. Una forma bondadosa de manejar esta situación es dejar la habitación. Ya puedo escuchar las objeciones: “Pero eso significa dejar al niño salirse con la suya” Miremos de cerca. No puedes obligar a otra persona a tratarte con respeto pero puedes tratarte con respeto a ti mismo. Alejarte de la habitación es demostrar respeto por ti y es un ejemplo de ello para el niño. Siempre puedes regresar y continuar hablando después, cuando haya pasado el tiempo suficiente para que ambos se sientan mejor y puedan manejar la situación de una mejor manera. Cuando regreses puedes decir a tu hijo algo como esto: “Tesoro, siento mucho que estés tan molesto. Yo respeto mucho tus sentimientos pero a veces no me gusta la manera cómo los manejas. Siempre que me trates de manera irrespetuosa, yo me voy a aislar por un momento, te quiero mucho y me gusta estar contigo por eso cuando estés listo para tratarme con respeto puedes decírmelo y estaré feliz de ayudarte a encontrar otras maneras en las que puedas calmar tu frustración y podemos encontrar una solución que sea respetuosa para ambos.” Siempre es mejor hacerle saber al niño con anterioridad lo que vas a hacer.

Extraido de http://www.criaryamar.com

LA TERAPIA CRANEO-SACRAL Y SU APLICACION EN EL PARTO

La Terapia Sacro-Craneal es un tratamiento muy preciso y suave. Trabaja sobre lo que llamamos Sistema Cráneo-sacral que está compuesto de unas membranas que envuelven el cerebro y la medula espinal, dentro de las cuales está el líquido cefalorraquídeo, cuya circulación provoca unas pulsaciones rítmicas, de unos 8 ciclos por segundo, que pueden ser detectadas por una mano entrenada.

A partir de 1970, el Dr. John Upledger desarrolló las técnicas pera evaluar y tratar estas membranas y todo el sistema del tubo dural, poniendo en marcha al “medico interno”, es decir, a los mecanismos naturales de autocuración a fin de que el propio organismo pueda corregir las disfunciones que puedan presentarse.

Como directora del centro de terapias manuales KORÉ empecé hace algunos años a sentir interés por esta terapia. Tras realizar varios cursos de formación con el Dr. Upledger, decidimos aplicar esta técnica a nuestros pacientes. Pronto nos dimos cuenta que con la Terapia Cráneo-sacral, que inicialmente utilizamos como complementaria, conseguíamos muy buenos resultados y ahora es uno de nuestros tratamientos básicos.

Uno de los objetivos específicos de esta terapia y donde hemos obtenido unos resultados más tangibles es en su aplicación durante toda la fase perinatal (antes, durante y después del parto). Lo que sigue está basado en experiencias y observaciones propias, obtenidas en el transcurso de los tratamientos realizados en nuestro centro.

ANTES DEL PARTO En su aplicación anterior al nacimiento se persigue, en primer lugar, equilibrar el organismo materno y prepararlo para soportar el embarazo y afrontar el parto en las mejores condiciones posibles. En segundo lugar se procura armonizar la relación madre-hijo, de modo que ambos aprendan a sentirse y a dialogar. Días antes del acontecimiento, la terapia puede ayudar al bebé a adoptar espontáneamente una posición correcta sin moverlo físicamente desde el exterior.

DURANTE EL PARTO El terapeuta puede intervenir en el mismo momento del parto, ajustando “in situ” las interacciones de los participantes. Esta intervención tendrá lugar durante un parto de tipo natural, con la madre en una posición natural que evite tener que tirar de la cabeza del niño y facilite sus movimientos espontáneos. El niño atraviesa, durante esta fase, instantes que pueden ser muy duros para él y que le provocan un estrés considerable ya que todo su organismo es expuesto a una prueba límite. Por eso, abreviar y facilitar este paso, ahorra traumas físicos o síquicos posteriores.
Quizá no esté de más aclarar que el parto natural no significa prescindir del personal sanitario cualificado ni de las prestaciones médicas para el caso de surgir complicaciones inesperadas. De hecho muchas matronas conocen y practican esta técnica.

DESPUÉS DEL PARTO Acostumbra a practicarse una sesión alrededor de una semana después. El niño suele revivir el momento del parto pero lo hace sin los traumas que ocurrieron durante el mismo. Revive una entrada a la vida perfecta y limpia.
Durante este proceso se requiere la presencia e implicación de los padres y, en ocasiones, de los familiares más cercanos, pues el niño reclamará su contacto, que le proporciona seguridad y confianza.
En este momento se corrigen las posibles lesiones que puedan haber originado cualquier tirón muscular o cualquier otro esfuerzo excesivo que se hubiera producido especialmente a nivel del Sistema Nervioso. Los nervios Vago y Glosofaríngeo suelen ser los más afectados, provocando en el recién nacido disfunciones digestivas y excretoras, dificultades para succionar, cefaleas etc.

Algunos tratamientos hospitalarios que en su momento pueden ser necesarios, tienden a provocar posteriormente traumas emocionales.
La cesárea hace que la madre y el bebé pierdan el contacto en un momento muy importante. Éste tiene la sensación de haber aparecido “de repente” y ello puede conllevar problemas muy diversos, desde asma hasta hiperactividad.

El tratamiento con incubadora, al separar al niño de la madre, genera en éste sentimientos de inseguridad y miedo a quedarse solo.
El hecho de programar el parto, es decir, adelantarlo o retrasarlo a conveniencia de la agenda de los padres o del hospital, hace que el nacimiento no se efectúe “en su momento” y le da al niño sensación de peligro y hace que nazca angustiado y estresado.
Todos los problemas producidos durante el parto suelen provocar diferentes perturbaciones físicas o ser causa de determinadas “manías” o fobias (miedo a la oscuridad, al agua, etc.) que perduran a lo largo de la vida sin que se sospeche su origen, afectándola en mayor o menor medida.

Según nuestra experiencia, cuanto más tiempo transcurre entre el momento del trauma y la aplicación de la terapia, mayor número de sesiones son necesarias porque la sensación queda “enquistada” cada día más profundamente en la memoria. Por eso los tratamientos en adultos, aunque igual de eficaces, son más largos que los de los bebés, que pueden funcionar en 2-4 sesiones.

http://www.kore.es/documentos.html