Reiki y Bebes

Difícilmente exista un modo más natural y agradable de impartir Reiki que el de una madre con su bebé. Una madre sostiene a su bebé en forma amorosa y una vez que ha aprendido a aplicar Reiki puede pasarlo a su bebé cada vez que lo toca y lo acaricia. Esa elevada forma de energía intensificará la relación natural entre madre e hijo, y la refinará sin cesar. Mas todavía: todo lo que el infante humano experimenta durante sus primeras semanas, meses y años, lo condiciona para toda su vida. Quien ha recibido mucho amor y afecto en sus tiempos de bebé, será en general capaz de trasmitir estas cualidades cuando sea mayor.Una mujer embarazada puede pasarle Reiki a la criatura que está en su interior e influenciar favorablemente el curso de su vida venidera.

Aunque Reiki puede utilizarse para cada pequeño malestar y dolor, también sustentará el proceso de sanación en los casos de enfermedades serias. En toda situación tendrá un efecto positivo y terapéutico y ha demostrado su potencial como ayuda para conciliar el sueño.Por supuesto, siempre resulta posible tratar a bebés y niños que no son propios, pero siempre es mejor que las madres (y los padres) traten a sus propios hijos, dado que el contacto entre ellos es natural. Cuando una persona extraña trata a un niño, generalmente tiene que ganar antes su confianza.Es recomendable que las propias madres traten a sus hijos, por lo que la solución ideal sería que ellas mismas concurran a un seminario Reiki. A largo plazo es una solución mas satisfactoria, menos complicada y mas barata. Además esa madre podrá tratar con Reiki no sólo a su bebé sino al resto de la familia. -- · --

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