La guerra del pañal


Acaba con la guerra del cambio de pañal

¡Los bebés están repletos de energía! No quieren estar tumbados para que se les cambie el pañal. Lloran, se inquietan e incluso ruedan o gatean escapándose. El problema de cambiarle el pañal puede convertirse en una guerra entre el adulto y el bebé.


El cambio de pañal como un ritual
La posición de los padres y el bebé durante el cambio de pañal es perfecta para crear una experiencia que refuerce el vínculo entre ellos. La distancia entre tu cara y la del bebé mientras estás inclinado sobre él, resulta perfecta para establecer un contacto visual y una comunicación con él. Además, esta oportunidad de oro se presenta varias veces al día, cada día; no importa si estás muy ocupada, siempre tienes unos momentos de conexión tranquila con el bebé. Es un ritual demasiado valioso como para ser tratado como un simple mantenimiento higiénico.

Aprender sobre el bebé
El cambio de pañal te ofrece una oportunidad perfecta para conocer las señales e indicios que el bebé muestra. Aprenderás como funciona su pequeño cuerpo, lo que le provoca cosquillas y le causa esos altibajos. Cuando lo alces, muevas y toques, tus manos aprenderán el mapa de su cuerpo y lo que es normal para él. Esto es muy importante porque te permitirá descifrar fácilmente cualquier cambio físico que necesite de tu atención.

Crear confianza
Los cambios de pañal regulares crean un ritmo en el mundo de tu bebé y proporcionan la sensación de que el mundo es seguro y pueden depender de alguien. Son episodios regulares y consistentes en días que no serán siempre predecibles. El contacto amoroso le enseña que es un ser valorado, y tu cuidado cariñoso que es respetado.

Una experiencia durante la que tu bebé aprende
Tu bebé aprende muchísimo durante el cambio del pañal. Es una de esas ocasiones en las que ve su propio cuerpo sin ropa, y cuando puede sentir sus movimientos sin un paquete de pañal entre sus piernas. Un rato sin pañal es una excelente oportunidad para desperezarse y aprender como se mueven.

Durante el momento del cambio, el bebé está también muy pendiente de tu voz. Se concentra más en lo que estás diciendo y cómo lo estás diciendo, un componente importante de su aprendizaje del lenguaje. Y, a la inversa, por unos preciosos minutos, tú eres su audiencia atenta, y puedes concentrarte en lo que el bebé está diciendo y cómo lo está diciendo, algo crucial para el desarrollo de vuestra relación.

Lo que el bebé piensa y siente
A muchos bebés activos no les importa si su pañal está limpio o sucio. Están demasiado ocupados para preocuparse por tales problemas. Puede ser importante para ti, pero no es ningún motivo de interés para el bebé.

La irritación por el pañal o la incomodidad (por un mal ajuste o un tamaño erróneo) pueden hacer que un cambio de pañal sea problemático, por lo que deberías asegurarte en primer lugar de que este no es el caso. Una vez preparada, introduce algunos ajustes en este inevitable proceso para hacerlo más agradable.

Respira profundamente
Dado el número de pañales que has de cambiar, es posible que lo que para ti solía ser una experiencia agradable se torne rutinaria, o peor aun, molesta. Cuando los padres consideran que el cambio de pañal no es nada más que una acción mecánica, desde luego no resultará divertida para su bebé. Intenta redescubrir la experiencia que conlleva el cambio de pañal: un momento de calma en un día ajetreado en que compartes tu tiempo en exclusiva con tu hijo.

Diviértete
Resulta un momento excelente para cantar, soplar sobre su barriguita, hacerle cosquillas y jugar. Un poco de diversión puede ayudar a ambos a hacer más fácil el cambio de pañal. Un juego que no pierde su interés con el tiempo es el de “esconder el pañal.” Pon el pañal en su cabeza, hombro o dentro de su ropa y pregúntale, “¿Dónde está el pañal? ¡No lo encuentro!” Una variante divertida es darle un nombre al pañal y usarlo como marioneta con una voz chillona. Haz que el pañal llame a tu hijo al cambiador y que le hable mientras lo cambias. (Si te cansas de hacer de Mister Pañal, acuérdate cómo era antes de probar esta idea.)

Usa la distracción
Guarda algún juguete que emita luz junto al cambiador y deja que tu bebé juegue con él cuando lo cambias. Algunos de estos juguetes tienen botones para cambiar el color o la forma del haz de luz. Llámalo la “luz de los pañales” y guárdalo cuando hayas cambiado el pañal. Seguro que encuentras otros juguetes especiales que llamen la atención de tu pequeño, o incluso puedes tener una cestita con varios. Si los reservas sólo para el cambio de pañal, pueden mantener su carácter novedoso durante largo tiempo.

Prueba a cambiarlo de pie
Si el pañal sólo está mojado (no hay deposiciones), prueba un cambio rápido mientras tu bebé está de pie. Si usas pañales de tela, ajusta una pierna de manera que puedas ponérselo como un pantalón.

¿Es hora de dejar el pañal? Si tu hijo ya es mayorcito y parece preparado para el siguiente paso, considera iniciarlo en la tarea de aprender a ir al baño.

Este artículo es un extracto del libro Gentle Baby Care de Elizabeth Pantley. (McGraw-Hill, 2003)

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