Maternidad Consciente y Miguel Ruiz

MATERNIDAD CONSCIENTE y los Cuatro Acuerdos de Miguel Ruiz

Maternidad consciente implica maternidad responsable: estar atenta y presente y tomar decisiones conscientes. La maternidad consciente no se toma a la ligera, pues una madre consciente sabe que ha invitado a su vida a un Ser que merece ser amado y tratado con respeto. Sin embargo,se puede estar totalmente PRESENTE y al mismo tiempo DISFRUTAR INTENSAMENTE lo que se vive
La maternidad consciente puede gozarse a fondo, si se cuidan algunos puntos:
-Responsabilízate de tu sexualidad. Que no haya "accidentes", para que no haya bebés no deseados. Si tu corazón no desea un bebé, tienes derecho y tienes los medios para decir "no".
-Elige bien tu carrera y planea tus tiempos, para que cuando decidas tener un bebé, tengas energía, y puedas tener tiempo de calidad con él. No pasa nada si hoy prefieres concentrarte en tu trabajo y trabajar de sol a sol hasta realizarte profesionalmente o hasta que te sientas segura económicamente. Tienes más años por delante de los que antes se creía. Hoy en día, una mujer puede aplazar su maternidad de manera segura, por lo menos hasta los 35 años. Lo importante es que esperes hasta que estés 100% convencida.
- Cuando le digas "sí" a la maternidad, infórmate! Prepara bien tu parto y tu lactancia, lee acerca de las diferentes etapas de tu hijo, conoce puntos de vista de diferentes especialistas, aunque sean opuestos. Documéntate bien!- Recuerda que el primer año de vida es básico para la formación de la personalidad de tu bebé. y que el bebé capta y aprende desde que está en el útero. Procura estar en armonía durante el embarazo, tener un parto lo más natural posible, amamantar a tu bebé todo lo que puedas, y mantenerte cerca de él durante ese primer año,para que él aprenda a confiar en ti.
-Conforme va creciendo, aprende a escucharlo y observarlo con atención. Lee acerca de la EMPATÍA y de la ESCUCHA ACTIVA
-Ten presente que cada etapa de tu hijo es distinta. Él también pasa por cambios y crisis. Evita las batallas. Las peleas durante la infancia solamente crean distancia en los años posteriores. No entres en luchas de poder con él.
-Cuando sientas que ya no puedes más, recuerda que lo que estás viviendo es solamente una etapa, y que todas las etapas pasan muy rápido (tal vez demasiado rápido). Observa las crisis de tu hijo como tormentas pasajeras. Más pronto de lo que te imaginas, dejará de haber juguetes tirados, berrinches o niños rebeldes. Si de por si, la vida pasa como un suspiro, la infancia de tus hijos, más.

LOS CUATRO ACUERDOS DE MIGUEL RUIZ APLICADOS A LA MATERNIDAD

SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS: Ten mucho cuidado con lo que dices a tus pequeños. Las palabras de una madre tienen demasiado poder: pueden ser una bendición o un maleficio para sus pequeños. Una palabra dicha en un momento de ira puede marcar a tu hijo para siempre. Lo "programa", lo que tú le digas puede quedar grabado en su inconsciente para siempre. Elige si quieres grabar en tu hijo mensajes de miedo o mensajes de amor. Decide si quieres que quede programado con tu ira o con tu alegría. Piensa antes de hablar.
NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE: Tu hijo está viviendo sus etapas, pasando por su proceso de aprendizaje y viviendo sus propias crisis. A veces lloran todo el día, a veces hacen berrinches y en otras te dicen cosas que te lastiman. No lo hagas personal. No llora por molestarte, ni es rebelde para amargarte la vida. Tu hijo a veces se siente inseguro, sufre, o desea algo, pero no pretende hacerte daño. Respeta su crecimiento. Crecer a veces duele, esto no tiene nada que ver contigo.
NO HAGAS SUPOSICIONES: No intentes interpretar las cosas que tu hijo hace o deja de hacer. En lugar de ello, busca siempre abrir la comunicación. Entre más cerca y presente estés, más aprenderás a observarlo con los ojos del corazón y no necesitarás hacerte conjeturas (casi siempre falsas) acerca de su conducta. Conoce a tu hijo, aprende a verlo , no como niño, sino como un SER que está aprendiendo a vivir en la Tierra.
HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS: El tiempo de crianza de nuestros hijos es un tiempo de DAR incondicionalmente. El amor de una mamá es lo más parecido al amor de Dios: ama y da en las buenas y en las malas, ama sin juzgar, ama sin pedir. Durante un largo tiempo te parecerá que das y das sin que recibas nada a cambio: prestaste tu cuerpo, brindaste sus senos, entregaste tus horas de sueño, cargaste, limpiaste, te angustiaste, ¿y luego qué? La cosecha tarda en verse, pero no tengas miedo. El amor que siembras en tus hijos siempre da frutos. Dale siempre lo mejor.

No hay comentarios: