Entrevista a Carlos González

El reconocido pediatra Carlos González presenta su último libro Entre tu pediatra y tú. Lo que necesitas saber para cuidar a tu hijo de forma natural.


El autor de Bésame mucho presenta su último libro Entre tu pediatra y tú, un recopilatorio de preguntas y respuestas que trata de resolver las dudas de los papás de hoy. Carlos González ha hablado con www.mibebéyyo.com de la publicación de su nueva obra.

Entre tu pediatra y tú es un recopilatorio de más de 200 cartas de mamás. ¿Qué criterio se ha seguido a la hora de seleccionar las cartas que iban a ser publicadas y las que no?

Las más interesantes, las que aportaban suficientes datos para hacerse una idea más o menos cabal de la situación. Y, en la medida de lo posible, las más variadas (porque algunas preguntas, como “no come” o “no duerme”, aparecían cientos de veces).


¿Por qué un libro de preguntas y respuestas?

Porque las preguntas son más interesantes que las respuestas. La mayoría de las respuestas que doy en este libro se pueden encontrar, con palabras parecidas, en otros libros anteriores. Pero pensamos que para los padres puede ser útil leer de primera mano las experiencias de otros padres. Darse cuenta de que su hijo no es tan raro como pensaban.


En más de una ocasión ha tranquilizado a las mamás afirmando que no deben tener miedo, que tanto la madre como el hijo sabrán lo que tienen que hacer en cada momento. ¿Cree que las madres de hoy se sienten tan inseguras porque consideran que han perdido el instinto?

Algunas se sienten inseguras. Seguro que también hay muchas que se sienten muy seguras, y por eso no nos envían preguntas.
A veces, la desinformación contribuye a esa inseguridad. Los padres sienten deseos de consolar a su hijo que llora, de cogerlo en brazos, de metérselo en la cama cuando llora por la noche… pero encuentran libros y expertos que dicen que eso “es malo”, y les hacen dudar. Otras veces, la inseguridad parece estar relacionada con la falta de contacto. Los niños de ahora pasan menos tiempo con su madre que los de hace cuarenta años. Ahora, muchos empiezan a ir a la guardería con pocos meses, se quedan a comer, hacen horas de “acogida”… Son las “horas de vuelo”, el prolongado contacto con su hijo, lo que hace que la madre se sienta segura de sus propias decisiones, de su forma de cuidarlo.

Su libro está impregnado de un toque de humor. En algunas ocasiones ha comentado que utiliza el humor para desdramatizar la situación de cara a las mamás. ¿Cree que las madres le dan demasiada importancia a aspectos que no la tienen? ¿En qué cree que deberían cambiar?

A veces sí. Por supuesto hay niños con verdaderos problemas, con graves enfermedades, con problemas neurológicos… pero no hay mucho de eso en mi libro. Y sin embargo ves familias enteras muy preocupadas por si el niño se acaba la fruta.


En alguna entrevista ha mencionado que el objetivo de que el niño deje de dormir con los papás no es que duerma el bebé, sino los padres. ¿Qué es lo que quiere decir con esta afirmación?

Lo que yo suelo decir que el objetivo no es que duerma el bebé (él no tiene que trabajar, y si no duerme ahora, ya dormirá luego); el objetivo es que duerman los padres.
Por ejemplo, un bebé duerme en la cunita junto a la cama de su madre. Se despierta, la madre lo coge rápidamente sin salir de su propia cama y se lo pone al pecho. El bebé se tranquiliza enseguida. Normalmente, la madre se duerme antes que el bebé, por lo que éste se queda ya en su cama. A la mañana siguiente, la madre no puede decir si su hijo ha mamado dos veces o cinco, porque estaba medio dormida y apenas se acuerda. Pero a otras madres les han dicho que está prohibido dormir con el bebé. Se ven obligadas a hacer el esfuerzo de mantenerse despiertas esperando a que el bebé se duerma para poder volver a dejarlo en la cuna. Y como los bebés tardan 15 o 20 minutos en entrar en la fase de sueño profundo (si intentas dejarlo en la cuna antes, se pone a llorar), para cuando consigue dejar al bebé en la cuna, la madre ya está completamente desvelada y le cuesta mucho dormirse. No digamos la que tiene que levantarse porque el bebé está en otra habitación. Esas madres sí que recuerdan perfectamente las cinco veces que se despertó su hijo. Es lástima que algunas familias estén haciendo esos sacrificios, renunciando a dormir los padres con tal de hacer dormir a los bebés. Y ese es uno de los principales mensajes de mi libro: que tienen derecho a meterse al niño en la cama, si eso les resulta cómodo.

Es Presidente de la Asociación Catalana pro Lactancia Materna. Muchos de sus consejos están destinados a que la mamá pueda seguir dando el pecho a su bebé el máximo tiempo posible. ¿Qué les diría a todas esas mamás que han optado por la lactancia artificial?

Pues que me parece muy bien, cada madre toma su decisión en función de su situación personal, sus deseos, sus conocimientos y su circunstancia.


En sus libros señala que en el hecho de dar de mamar, la madre le está dando muchas cosas más además de leche al bebé. ¿A qué “cosas” se refiere?

Le está dando contacto físico, cariño, consuelo, calor, el latido de su corazón y el suave movimiento de su respiración… por supuesto, es perfectamente posible darle todo eso a un bebé sin darle el pecho. Pero lo que no es posible es darle el pecho sin darle al mismo tiempo todo lo otro. Y hay que tener en cuenta que los bebés no sólo piden pecho cuando necesitan leche; también lo piden cuando necesitan calor, brazos, afecto, contacto…


Es de la opinión de que si un niño llora es por algo, porque se siente mal por algún motivo y nos lo está intentando comunicar a su manera. ¿Qué límites deben establecer los padres para satisfacer los deseos de sus hijos?

El límite de lo posible. Como haríamos con cualquier otra persona. Si un amigo me llama por teléfono llorando, no le cuelgo. Le escucho, intento averiguar cuál es su problema, intento ayudarle en lo posible. Pues con más motivo si no es un simple amigo, sino un hijo.

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