Solsticio de invierno

Durante el Solsticio de Invierno, en torno al 21 de diciembre aproximadamente (en el Hemisferio Norte), tienen lugar la noche más larga y el día más corto del año. En este momento, el sol se encuentra a poco más de veintitrés grados sur, situado exactamente sobre el Trópico de Capricornio originando este cénit de las horas de oscuridad.

Entre los paganos esta festividad se conoce como Yule, vocablo procedente del nórdico Jul, que significa "rueda", aunque para la Tradición Caledonia recibe el nombre de Alban Arthan.
Entre los pueblos celtas, tan ligados a los cambios y ritmos de la naturaleza, el Solsticio de Invierno celebraba el nuevo resurgir de la luz y el declive de la oscuridad, y la fiesta se prolongaba durante varios días.

Durante Yule tiene lugar el alumbramiento del nuevo Dios del Sol, fruto de la unión de la Diosa Doncella y su Consorte durante el pasado Beltaine (1 de Mayo). El nuevo Dios crecerá y se hará fuerte, convirtiéndose entonces en Consorte de la Diosa para comenzar un nuevo ciclo.
Este alumbramiento pone de manifiesto la perfección del Universo, el equilibrio existente entre luz y oscuridad, y es un símbolo de esperanza que nos ayuda a comprender que tras cada fin siempre hay un comienzo nuevo.

Durante el siglo IV, el Papa Julio I decidió superponer la celebración de la Navidad cristiana a los antiguos ritos del Solsticio para facilitar el tránsito de la Antigua Religión al cristianismo. Por este motivo la Navidad, antes sin fecha de celebración determinada, fue instaurada en el veinticinco de diciembre.
Debido a ello, muchas de las tradiciones comunmente asociadas a la Navidad tienen sus raíces en los ritos de Yule, como por ejemplo decorar el árbol o intercambiar regalos.

Otra tradición es la del Tronco de Yule. Se trata de un tronco de árbol, habitualmente pino o roble, que se transporta hasta el hogar familiar para hacerlo arder durante las celebraciones del Solsticio. Se dice que las cenizas del Tronco de Yule protegen la casa del mal y proporcionan suerte y abundancia, pero para ello debe arder, al menos, durante doce horas ininterrumpidas; lo cual no es difícil, puesto que el tronco suele prepararse con ofrendas y libaciones de vino que hacen que su combustión sea más lenta.

El moderno Papá Noel, o Santa Claus, es también una figura tomada del paganismo, poseedor de características propias de Cronos, Thor, Odín, el Abuelo Hielo ruso...
También la tradición de besarse bajo el muérdago tiene sus raíces en esta antigua celebración. Se consideraba el muérdago como la más mágica de todas las plantas y por ello se creía que proporcionaría felicidad a las parejas que se besasen bajo su influencia, puesto que, además, se lo tenía por afrodisíaco.

Los colores tradicionales de Yule son el plateado, el dorado, el blanco y, por supuesto, el rojo y el verde.
Algunas otras tradiciones de estas fechas son, por ejemplo, fabricar guirnaldas con ramas de pino y colocarlas sobre las puertas, y colocar velas y luces para iluminar toda la casa.
Pero no debemos olvidarnos de ofrecer a los demás algo a cambio de lo que la vida nos ha dado hasta ahora. Es buena idea, por ejemplo, donar ropa y comida a alguna institución benéfica; o también dejar algún alimento en el exterior para los animales.

1 comentario:

mimbre dijo...

Hola María...
Momentos de algarabías, de reuniones familiares
De magia Navideña, Alegrías en los niños y mayores
Momentos de brindis y comidas exquisitas
Momentos de recogimiento espiritual, de repensar
Renovemos esperanzas y hagamos votos por una
Paz verdadera y perdurable para todos…
Feliz Navidad y prospero Año Nuevo ¡
Querida Amiga
Osvaldo