29 dias despues

Suena a poco, pero para ella es toda una vida!!!Hoy nos hemos dado cuenta de que le ha cambiado la carita, se esta haciendo mayor (dentro de lo que cabe...), y ya tiene mirada, hasta hace poco tenia ojos, pero no mirada, ahora mira y te sigue, y te busca... y hace una ilusion!!!!!

Es una niña muy linda y buena, aunque no carece de caracter y cuando quiere algo lo quiere. No es para nada una niña sumisa, no se resigna, lucha y grita para conseguir lo que quiere, y espero que siga asi!!!

Fragmento de libro "REPRESION DEL DESEO MATERNO"

¿Por qué esa represión del deseo de la madre?. Entendemos que el deseo es el principio inmanente a la vida, es como un flujo inagotable. Los seres humanos venimos al mundo con una enorme producción de deseos. Un recién nacido que ha habitado durante nueve meses el útero materno sólo conoce el placer, y por tanto, sólo busca la obtención de dicho placer a través de la satisfacción de sus deseos (deseo de ser alimentado, de contacto físico, de calor humano, de afecto...). A su vez, el recién nacido es absolutamente dependiente para su supervivencia de otras personas adultas, en primer lugar de la madre que lo amamanta –despersonalizando, depende de la función materna para que sus deseos sean colmados-. Cuando esto no es así, cuando tales deseos no son satisfechos, cuando carecemos de aquello que deseamos, conocemos la carencia, y el miedo a volver a carecer está servido, transformándose así esa inagotable producción de deseos en un miedo abyecto a carecer. Para hacernos una idea, imaginemos que en algún temprano momento de nuestras vidas, se nos privara del aire que necesitamos para respirar, instaurándose así en nosotr@s el miedo, la angustia de que algo parecido vuelva a pasar. Pues bien, nuestro proceso de socialización, desde el momento del parto, es una historia de privaciones que van minando nuestra producción deseante. Es así que crecemos, somos socializad@s, no en el placer y la satisfacción de los deseos, sino en la espiral de la carencia y del miedo a carecer. ¿Cómo es posible que la madre, testigo y parte en ese sufrimiento de la criatura, sea incapaz de reaccionar en su defensa, atendiendo a sus deseos?.
No hagamos niños sumisos...

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